El uso adecuado de las lentillas

La OMS desvela que casi 1.300 millones de personas a nivel mundial sufren alguna discapacidad visual. Pese a que no se sabe la cifra exacta, una gran parte usa lentes de contacto, pero ¿saben utilizarlas correctamente?, ¿cuánto tiempo deben usarse?

Para responder a estas preguntas, es necesario conocer qué tipo de lentillas existen en el mercado:

Según su material

Lentes de contacto blandas

Fabricadas con un material de alto contenido en agua. Pueden ser de uso mensual, quincenal o anual. Sirven para tratar la hipermetropía, el astigmatismo o la presbicia. Son las lentillas más populares al disponer de reemplazos más frecuentes y tener mayor hidratación que otros modelos, por lo que aportan mayor comodidad inicial.

Lentes de contacto semirrígidas

Requieren de un tiempo de adaptación más largo, ya que su material no contiene agua y su precio es más alto; sin embargo, resultan ideales para tratar el astigmatismo. Aunque requieren de un gran cuidado por parte del usuario, el resultado que se obtiene es el de una agudeza visual perfecta. No existen lentes rígidas desechables.

Lentes híbridas

Combinan materiales permeables al gas (lentillas rígidas) y materiales blandos para ofrecer mayor comodidad. Aportan una calidad visual idéntica a las lentes rígidas, pero con el confort de una lente blanda. Suelen durar entre 6 meses y un año y son capaces de corregir cualquier defecto visual.

Existen dos diseños de lentes híbridas en el mercado, cuyo reemplazo más frecuente es de 6 meses, pero el más estándar se cambia al año. Estos diseños pueden ser de córnea regular o pensados para córneas irregulares, ambos combinan la comodidad del apoyo o faldón blando con la calidad visual aportada por el centro de la lente en material rígido de gas permeable.

En función de su uso

Lentes de contacto desechables

Son las famosas lentillas “de usar y tirar”. Tal y como su nombre indica, estas lentes se estrenan cada mañana y se desechan al terminar el día. Por tanto, no es necesario utilizar el líquido específico para su mantenimiento, aunque algunas personas que padecen el síndrome del ojo seco utilizan lágrimas artificiales.

Son las más recomendables para pacientes que solo requieren de su uso de manera ocasional, por ejemplo, para practicar deporte, para personas que sufren alergia en los ojos o para las que quieren evitar las rutinas de cuidado de otro tipo de lentillas.

Lentes de contacto quincenales

Estas lentes son ideales para personas que recurren a las lentillas por primera vez. A diferencia de las anteriores, sí requieren mantenimiento con líquido de lentillas cada noche. Ofrecen la misma comodidad que las lentes diarias y pueden utilizarse hasta 14 días seguidos antes de reemplazarlas por otras nuevas. Son más económicas que las diarias.

Lentes de contacto mensuales

Son las más utilizadas por los españoles, según varios estudios. Se pueden utilizar hasta 30 días consecutivos y también necesitan mantenimiento y limpieza. Resultan ideales para las personas que huyen del uso de gafas y para los usuarios que quieren ahorrar, ya que resultan más económicas que las diarias o quincenales.

Tanto las lentillas de usar y tirar como las quincenales y mensuales son lentes de contacto blandas.

Lentes Orto K o lentillas para dormir

Estas lentillas se utilizan para dormir y son las favoritas de los deportistas. Con ellas, se puede mantener un estilo de vida activo, sin gafas que limiten la rutina. Las lentillas Orto K se ponen por la noche, para usarlas mientras se duerme, acomodándose la córnea a la curvatura de la lentilla durante el sueño. De esta forma, se elimina el uso de gafas o lentillas durante el día.

Por otro lado, Orto K es la mejor alternativa para los niños con miopía, ya que es el método óptico más eficaz de prevención de la progresión de la miopía infantil. De hecho, cada vez más padres eligen la Ortoqueratología para cuidar de la salud visual de sus hijos y evitar el avance de este defecto refractivo. Desde Avanlens, centro especializado en control de miopía y contactología avanzada, explican que el funcionamiento de Orto K “consiste en la utilización de lentillas especiales para uso nocturno, indicadas tanto para niños desde los 6 años como para adultos. Al dormir, la capa más externa del ojo se adapta suavemente a la forma de la lente y este pequeño cambio de curvatura permite que, al despertar y retirar las lentillas, se pueda disfrutar de una vista totalmente normal durante todo el día, sin gafas ni lentillas”.

Según el Consejo General de Colegios de Optometristas, la mitad de los niños que necesitan corregir su visión, no utilizan ningún método de corrección porque sus padres desconocen el estado de su salud visual. Por eso, recomiendan realizar el primer examen de la vista a los 3-4 años, momento en el que la miopía ya puede detectarse.

Problemas que pueden derivarse de un mal uso de las lentillas

Las complicaciones que pueden surgir por un uso indebido de las lentillas están relacionadas principalmente con un uso prolongado en el tiempo. Aunque existen diferentes tipos de lentes de contacto, desde Avanlens, recomiendan que su uso no exceda en ningún caso las 10-12 horas al día (8 horas en caso de las lentes Orto K).

Además de un uso prolongado en el tiempo, otra de las razones que puede provocar complicaciones graves en los ojos es hacer un uso indebido de ellas como, por ejemplo, llevar una higiene inadecuada o no cumplir el reemplazo estipulado por el fabricante en cada caso. De ser así, podrían producirse las siguientes afecciones:

Conjuntivitis crónica. En el caso de que apareciera, es importante interrumpir de inmediato el uso de lentillas y consultar enseguida con un oftalmólogo.

Queratitis. Esta inflamación de la córnea puede llegar a producir un leucoma en los casos más graves. Los síntomas son lagrimeo, picor ocular, sensación de cuerpo extraño o fotosensibilidad.

Ojo seco. Suele ser un síntoma habitual en la mayoría de quienes utilizan lentes de contacto, pero se agrava con uso inadecuado de las mismas. El ojo deja de producir suficientes lágrimas, lo que impide la correcta hidratación de la córnea. Esto ocasiona fatiga ocular y otras alteraciones. Es la principal causa del rechazo de las lentillas.

Anestesia corneal. La córnea pierde sensibilidad, de tal modo que el usuario de las lentes de contacto no percibe a tiempo las complicaciones que se pueden producir.

Vascularización de la córnea periférica. Los pequeños vasos sanguíneos de la conjuntiva invaden la córnea, lo que afecta directamente a la vista. 

Si las gafas no son la solución, se desconocen las alternativas a las lentillas tradicionales o no se sabe cuánto tiempo hay que usar las lentes de contacto, se puede concertar una cita con Avanlens y resolver todas las dudas.

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